La Alexa de Amazon está siendo convocada a los tribunales después de un doble asesinato desagradable. Los fiscales del caso en New Hampshire creen que el asistente de voz puede tener pistas que podrían ayudar a resolver el crimen.
La idea es simple: Alexa, la IA que alimenta a los oradores de Amazon Echo, tiene que escuchar una palabra de alerta. Cuando dice "Alexa", el audio del micrófono del dispositivo se envía a Amazon para su procesamiento.
Esto permite que los servidores de la nube de Amazon analicen los comandos y envíen la respuesta adecuada a su orador.
Si Alexa se activó durante el crimen, entonces es posible que el audio ayude a proporcionar evidencia de la culpabilidad o inocencia del sospechoso.
Sin embargo, Alexa no transmite continuamente el audio de vuelta a Amazon, por lo que es necesario que ocurra cualquier evidencia mientras el dispositivo estaba escuchando, lo que se indica mediante una luz azul fija en la parte superior del altavoz.
Amazon se toma muy en serio la seguridad de este audio. Los usuarios pueden reproducir su propio historial de comandos a través de la aplicación Alexa y eliminarlo cuando lo deseen, pero Amazon no lo liberará sin una orden judicial válida.
El juez en este caso ha emitido exactamente eso, pero Amazon aún no ha respondido. La compañía siempre da la misma respuesta: "Amazon no divulgará la información del cliente sin una demanda legal válida y vinculante que se nos envíe correctamente".
En el pasado, casos como estos se han basado en que el propietario del dispositivo dio permiso a la policía para descargar los datos.
En 2015, James Bates fue acusado del asesinato de Victor Collins en Arkansas, en la casa de Bates. La policía tomó su altavoz Echo y exigió a Amazon que entregara las grabaciones.
Video no disponible
Amazon inicialmente se negó, pero cedió cuando Bates dio su consentimiento. En 2017, la policía abandonó ese caso contra James Bates, así que tal vez Alexa ayudó a demostrar su inocencia.
Es claramente importante que Amazon proteja estos datos confidenciales cuando sea posible. Para que el público acepte la idea de los asistentes virtuales, tienen que confiar en que sus datos personales están seguros, y Amazon no los entregará sin pelear.